Con la subida de temperaturas propia de la llegada de la primavera y del inicio de la época estival en las balsas de riego comienzan a proliferar las algas. Es por ello que, si bien durante todo el año es importante cuidar el agua de la balsa, en los meses de abril, mayo y junio esto se convierte en fundamental y obligatorio para no padecer problemas en la maquinaria y sufrir costosos arreglos en un futuro cercano.
En este sentido, cuando en el agua estancada de las balsas se comienzan a acumular nutrientes,, principalmente fuentes de nitrógeno y fósforo, se produce un incremento de microorganismos fotosintéticos que conforme van muriendo se van depositando en el fondo de la balsa, junto a los lodos presentes.
Precisamente también en el fondo es donde se acumulan los restos de materia orgánica y sedimentos. Todo esto provoca oxígeno en el agua y el oxígeno la aparición de algas que dan ese tono verdoso al agua. Este proceso se activa sobre todo a partir de la primavera y cuando comienzan a proliferar las algas, es muy difícil erradicarlas.
Principal enemigo para el agricultor
Unas algas que se convierten en el principal enemigo para el agricultor, ya que obstruyen de manera inevitable los emisores, filtros y reguladores de presión.
Asimismo, se produce la proliferación de microorganismos en el interior de las tuberías de la instalación de riego debido entre otros factores a la temperatura y la calidad del agua. Los microorgnaismos se reproducen en el interior de las tuberías, traspasando los filtros y formando depósitos gelatinosos que se adhieren a las conducciones, que se multiplican en el agua rápidamente y que pueden ocasionar obturaciones en poco tiempo, no solo en las tuberías y filtros sino también en los propios goteros, impidiendo que las plantas reciban el aporte de agua necesario.
Solución
Ante esta situación existe una solución sencilla, económica y sobre todo natural, que está libre de compuestos tóxico u oxidantes fuertes tales como permanganatos, amonios cuaternarios, derivados del cloro ó cobre, etc., respetuosa con el medio ambiente, con el suelo y con las plantas.
Acuae es un producto concentrado, de manera que un solo litro de producto sirve para tratar un millón y medio de litros. Es extremadamente fácil de aplicar, ya que se vierte directamente el contenido en la balsa o estanque y dada su alta solubilidad se dispersa en poco tiempo hasta su total homogenización, obteniendo unos resultados muy rápidos y duraderos.
El uso de Acuae permite reducir el desarrollo de las algas al reflejar la radiación azul fotosintéticamente activa, de manera que no permite que se desarrollen las algas al no poder realizar la fotosíntesis. Esto convierte las aguas turbias y sucias, en escenario de mejor aspecto con apariencia azul cristalina.
De esta manera, Acuae es un producto completamente inocuo para las personas y para la fauna acuícola y terrestre, que además no destruye la flora bacteriana tan beneficiosa para el suelo. Un suelo que es el principal elemento a cuidar en los cultivos ecológicos.
Así, Acuae está especialmente indicado para las aguas de embalses con los que se riegan cultivos en los que se apliquen trichodermas, bacterias y otros microorganismos beneficiosos, además de cómo solución preventiva para controlar hongos.
